Las tormentas eran duras, tuve miedo y pensé en rendirme, me encontraba solo en mitad del caos, aquellos que estaban a mi lado, simplemente huyeron, me abandonaron.
Supongo que es lo que pasa, si el barco se hunde, muchos te dejan, ellos me dieron la espalda, me entregaron sin piedad, a la fuerza descomunal de la vida.
A veces eso suele pasar, y mientras tanto, incansablemente, yo trataba de encausar las velas, mi norte era oscuro y difuso, cada vez me sentía más náufrago.
Pero no quise retroceder, mi cuerpo y mi alma, casi rotos, se mantuvieron en pie, fuertes, soportando el peso de mi espíritu, el tiempo con el tiempo, tendría que hablar, y empecé a ver los primeros rayos de luz…
fuerza interna
me gusto
saludos
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona